Lía Acevedo













LV 5 /

Cátedra
Alonso
A principios de los sesenta, Fluxus era una vanguardia transformadora, genial y con temperamento propio, Fluxus comenzó con una sucesión de conciertos organizados por el italiano George Maciunas en su AG Gallery de Nueva York, en el año 1961, y con el plan de divulgar un periódico llamado Fluxus.
Fluxus se formó en una especie de centro de intercambio de actividades en Europa occidental, una producción pasajera y puntual de acciones y conciertos, varios de los cuales nunca fueron grabados. Fluxus tomó impulso cuando Maciunas abandonó Nueva York y se radicó en Alemania Occidental.
Estos conciertos, que no eran frecuentados por mucho público ni tuvieron una destacada publicidad,fueron el origen que permitió el suceso de todo un arte escénico nuevo en los años sesenta.
Fluxus desenvolvió una estética de la negación: negación del mercado del arte, negación a un gran creador individual, al artista como ídolo o genio, negación del objeto de arte como articulo cosificado;
negación de los límites entre música, literatura y artes visuales.
Y también era la negación de cierta estética vehementemente subjetiva de la negación, del sufrimiento y la paranoia existencialista como tipologías del arte moderno de los cincuenta en música,pintura y literatura y el rechazo del privilegio al sentido profundo y a la interpretación erudita.
Fluxus le dio al espectador un espacio que no había asumido antes. Lo convirtió en ejecutor, reconfigurador, co-creador y parte de la obra, como un arte-espejo en en el cual nos miramos y tanteamos el tiempo del mundo actual. Sin embargo, el arte contemporáneo, queriendo ser masivo, se descubrió selectivo. Con las características tan abstractas del arte vigente, en muchos casos el público se queda al margen.
3. ¿Qué pregunta, cuestionamiento y/o acierto se les presenta ante Fluxus? Utilizar
una obra para reforzar esta respuesta.

“El movimiento Fluxus pensaba el arte como un juego. Era necesario sacar al arte de su
estado de fastidio, de letargo, ya que estaba moribundo”
Sus principales creaciones y estrategias eran ironías, instrucciones para irracionales
performances, poemas sinsentido, juegos de palabra y chocantes chistes.
Incorporaron al juego como parte inseparable y consciente de sus desarrollos artísticos,
Consiguiendo en algunas obras a convertirlas incluso en el objetivo mismo.


En esta obra los concursantes podían elegir entre una variedad de carreras, aquí el "Concurso de bicicletas de velocidad lenta", en el que el objetivo era andar en bicicleta al ritmo más lento posible para llegar a la meta en último lugar. Estos happenings divertidos y absurdos concordaron con la afirmación de Maciunas de que las actividades de Fluxus "deben ser simples, divertidas, y ocupadas por las insignificancias". Sin embargo si bien reconocemos el humor, absurdo e ironía de Fluxus, los juegos de Fluxus siguen siendo más complejos que simples y más cargados de significado que una simple diversión insignificante.
El movimiento Fluxus no nació para ser pretencioso ni objeto de estudio, ni siquiera para ser estudiado como movimiento artístico, sin embargo la idea de fracaso de estos juegos que se proponían en Fluxus trascendió fronteras y llegó a ser musealizado. Aquí se evidencia la ironía al fracaso y Fluxus lejos de pasar inadvertido logró posicionarse como objeto de culto del arte contemporáneo.

En 1974, Joseph Beuys, alemán, presenta su obra
“I like America and America likes me” en la galería René Block del Soho de Nueva York. Beuys salió del avión oculto con una manta de fieltro (material simbólico en toda su obra) y una ambulancia lo trasladó a la galería. Fue bajado en una camilla hasta la puerta de la galería en un lugar solitario, apartado de los espectadores por unas rejas, convivió tres días con un coyote salvaje. Beuys ocupó el rol de chamán, pretendía en su discurso curar a una sociedad que él consideraba perdida y al borde del vacío. Diariamente consumaba una serie de rituales como conversaciones con el coyote. Le ofrecía diversos objetos: tela de fieltro, guantes, una linterna, un bastón y el periódico The Wall Street Journal.
Beuys y el coyote comían y dormían juntos. A medida que iban tomando confianza, se fueron acercando cada vez más. La acción de Beuys concluyó cuando conseguió abrazar al coyote. Beuys regresó al avión en ambulancia. Jamás puso pie en Estados Unidos y lo único que conoció de ese país fue al coyote y el interior de la galería.
En “I like America and America likes me “, un hombre se iguala a un animal y se coloca a su igual nivel con el objetivo de cuestionar la supremacía de la razón y la arrogancia de los seres humanos, y para renovar la idea de la espiritualidad del arte.
Con esta obra Beuys, se ubica en un rol de indispensabilidad y exclusividad de artista, debe demostrar la dependencia del público con respecto a él,


¿No estaría alejando a los espectadores de la obra?
¿No es necesario una cuota alta de explicación del artista al espectador para entenderlo?
Slow bicycle race, Monday 26 May 2008. Tate Modern, London, as part of the three day Fluxus Olympiad.
Título original: I Like America and America Likes Me
Museo: Galería Rene Block, Nueva York (Estados Unidos)
Técnica: Performance


cuaderno 5

¿Existe Fluxus sin paradoja? Elegir una paradoja Fluxus. Exponerla.
¿Pueden utilizar una obra para la argumentación?
¿Qué propone Fluxus al arte? ¿Qué nos propone como espectadores? ¿Y cómo artistas?
"La historia de la persecución de los indios norteamericanos, además de la relación completa entre Estados Unidos y Europa […].
Quería concentrarme sólo en el coyote. Quería incomunicarme, aislarme, no ver de Estados Unidos más que el coyote […] e intercambiar roles con él."